jueves, 30 de junio de 2011

La participación genuina de Eugenio Moliní

Este martes he acudido a una de las actividades que organiza el Consorcio de Inteligencia Emocional, del que formo parte. Se trataba de conocer la perspectiva que Eugenio Moliní ogrece de la participación. Lo que el denomina participación genuina. Las casi cuatro horas se me han pasado volando y me ha parecido un planteamiento sugerente que exploraré más en profundidad en un curso que prevé realizar en Bilbao este otoño.

Una idea clave y central de su enfoque (que comparto plenamente) es que "las personas cambian cuando quieren. Todo lo demás es una manipulación". Desde esta premisa no cuesta llegar a la conclusión que Moliní explicita con claridad: la mayoría de los procesos de cambio en las organizaciones se basan en la manipulación, en querer que las personas hagan lo que otros consideran que tienen que hacer y además lo hagan con el mismo entusiasmo que tendrían si lo hubieran decidido ellas mismas. En contraste, la participación genuina ha de partir de la premisa de que participa quien decide participar. Moliní subraya con rotundidad que cada uno ha de estar allí dónde contribuye y aprende. Y si no lo hace mejor irse a otro lado.

Moliní considera que las organizaciones son deshumanizantes, su lógica es la de la eficacia mientras que la de las personas es la felicidad. Sin embargo, plantea los procesos participativos que desarrolla dentro de esas estructuras organizativas jerarquizadas, asumiendo los condicionantes de esa situación. De hecho, define la participación genuina que desarrolla como un proceso para acompañar al responsable de la organización jerárquica a organizar un marco en el que las personas puedan participar si quieren. Para lograrlo con éxito plantea la necesidad de un liderazgo basado en la confianza y la transparencia.

Tras estas pinceladas de su enfoque conceptual ha pasado a esbozar de manera muy genérica aspectos más metodológicos de su forma de enfocar la participación. Así, por ejemplo, ha manifestado que un proceso participativo que funcione no puede tener una duración superior a los 100 días. Se ha inclinado claramente por la realización de procesos presenciales. Aunque ha aludido a las limitaciones técnicas de los procesos "telemáticos", me ha parecido que el argumento más contundente en favor de esta opción era lo que el llamaba los "efectos" de la participación. Los "resultados" son los productos concretos del proceso participativo, pero los "efectos" hacen referencia a los cambios en la cultura organizativa y, para lograr esos "efectos", considera que es mucho más potente la actividad presencial.

Ha hablado un rato de los diferentes actores presentes en un proceso de este tipo y cómo es necesario tener a todos presentes, desde el propietario (aquel que se implica personalmente en el proceso y más se la juega) hasta "el Cesar", aquel que no participa, arriesga muy poco pero se apunta los alureles si sale bien, pasando por el "logístico" o el "promotor".

En cuanto a los requisitos necesarios para llevar a cabo un proceso de participación genuina ha mencionado:
 - Una tarea compleja, sin solución conocida y potencialmente conflictiva. Si la tarea es sencilla no merece la pena el proceso participativo. La tarea ha de tener sentido para la organización y ser útil.
- Voluntad de transparencia y de confiar en que los participantes lo harán lo mejor posible. Ha de hacerlo visible el propietario al comienzo de la reunión, expresando las limitaciones del proceso.
- Voluntad de invitar a participantes con diversidad de perspectivas, especialidades e intereses. Una pregunta poderosa sería ¿a quienes estas dejando de invitar?
- Posibilidad de nuevas integraciones
- Entorno adecuado y garantías de seguridad, aunque ha comentado que el miedo siempre está presente y hay que contar con él.

La parte final de su presentación la ha dedicado a indicar las condiciones del entorno necesarias para que el proceso de participación genuina logre los resultados expectaculares que él busca. Subrayaré la necesidad de que el nivel de participación al que el propietario invita esté en concordancia con el nivel de compromiso e interés de las personas que acuden y deciden participar. El cruce de ambos aspectos se puede apreciar en el gráfico adjunto. La participaciób genuina requiere, al menos que quine invite plantee la opción de consultar y quien acuda lo haga para contribuir.

domingo, 26 de junio de 2011

Coaching y administración pública

A mediados del pasado mes de abril se celebraron en Cambrils las 2ª Jornadas de Innovación y Excelencia en las Administraciones Públicas. En ellas participé dinamizando una mesa redonda sobre la transparencia, en la que participaron tres ayuntamientos con la máxima puntuación otorgada por el Instituto Transparencia Internacional, así como con una ponencia bajo el título genérico "Coaching en las Administraciones Públicas" (aquí puedes ver el Power Point). En estos días, las organizadoras están subiendo a YouTube los videos de diferentes intervenciones (las ponencias ya están disponibles en la web de las Jornadas). Os adjunto seguidamente la ponencia que presenté dividida en varios trozos para facilitar su carga y descarga.

En esta ponencia comienzo introduciendo qué es el coaching y algunos de los aspectos más característicos de esta práctica profesional, para terminar planteando su utilidad en el marco de las administraciones públicas. Espero que os resulte de interés.

Primera parte

Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte

Quinta parte

Sexta y última parte

lunes, 20 de junio de 2011

Conferencia Europea de Coaching: crónica personal


Estos días ha tenido lugar en Madrid la Conferencia Europea de Coaching, organizada por ICF (International Coach Federation). La oportunidad de asistir a un evento de estas características en un lugar cercano me llevó a inscribirme a pesar del importe de la matricula (claramente disuasorio, en mi opinión). A través de Facebook he ido “retrasmitiendo” el contenido más significativo de las diferentes ponencias. Quién esté interesado puede acceder a mi muro, dónde encontrará ideas que me parecieron centrales y sugerentes e incluso fotos de algunas transparencias que consideré significativas o complejas de resumir. 
 
Aprovechando la tranquilidad del viaje de vuelta en tren, en este espacio voy a realizar una reflexión más personal de lo vivido estos días. Para empezar, cuando me pregunto con qué me he quedado de las diferentes conferencias y talleres lo primero que me viene a la cabeza es el taller de Lisa Bloom titulado “El arte de contar historias. Una forma inspiradora y empoderadora de hacer coaching”. No es algo nuevo, soy consciente de lo poderosa que puede ser una buena historia para llegar a la gente en el marco de una presentación. Pero me llamó la atención el abanico de usos que Lisa me abrió. No solo en el marco de un proceso de coaching, en el que una historia, una narración, puede aportarle a quien participa en la sesión una mirada diferente y poderosa en relación con su temática.
 
Lo que más me resonó fue su mención al uso de las historias a la hora de explicar el trabajo que uno realiza. La noche anterior compartí cena con una vieja amiga que me pidió que le explicara qué es el coaching. Ahí empezó mi balbuceo habitual en estos casos. Lisa me dio una clave importante: “cuéntale una historia”, por ejemplo la historia que me llevó a interesarme por el coaching y verlo como algo fascinante. Mi resumen de la aportación de Bloom fue, cuando alguien te pegunte algo cuéntale una historia.
 
El segundo elemento que me llevo surgió en varias de las presentaciones (Whitmore y Barret, especialmente). Tampoco me resulta nuevo pero resonó en mi interior con fuerza: el papel clave del miedo como barrera para desarrollar nuestras potencialidades. En las últimas semanas estoy realizando un trabajo personal que ha tocado mis propios miedos y tengo especialmente claro que son nuestro principal factor limitante. Desde ahí que destaque la afirmación de Richard Barret: “El coach acompaña al cliente en el proceso de liberarse de sus miedos y superar los obstáculos que le limitan. Pero no se puede llevar a nadie a un lugar que no has visitado tu”.
 
Una tercera idea que ha cruzado con intensidad la conferencia ha sido el cuestionamiento de una visión escindida del ser humano. Frente al ser humano dividido entre cuerpo y mente, entre objetivo y subjetivo, entre racionalidad y espiritualidad, entre yo y tu, entre la persona y la naturaleza (Olalla hablaba de esquizofrenia cognitiva); se ha subrayado un paradigma diferente basado en la integración, en la interrelación, en la interdependencia. Algo que conecta con la visión sistémica en la que estoy profundizando últimamente.
 
Lo he vivido como un mensaje de reencuentro del ser humano consigo mismo, un reencuentro que lleva a descubrirse como parte de algo mucho más grande. Ese planteamiento surcó con intensidad la intervención de Charles Eisenstein, pero me quedo con las palabras de Richard Barret que se definió como “un alma que tiene experiencia humana. Un alma que tiene esa experiencia para dar el regalo de la pasión, del apasionamiento y para aprender la lección de eliminar el miedo de nuestras vidas” (el miedo de nuevo).
 
En este sentido, me ha parecido interesante (aunque también cargada de cierta pretenciosidad) la idea que Olalla plasmó con claridad cuando afirmó: “El coaching tiene que ver con reinventar la forma en que vivimos en este planeta”. Aunque la formulación me gusta, quizás me siento más cómodo planteando la fuerte relación de la práctica del coaching con unos valores de respeto profundo hacia la persona. Desde ahí, el coaching puede llevarte a una forma de ver el mundo, el planeta, más respetuosa. Claro que la poesía de la frase de Olalla es más poderosa.
 
Otra cosa que me ha llamado la atención ha sido la dura crítica al sistema económico actual de la mayoría de los ponentes. En estos encuentros profesionales estoy más habituado a encontrar un discurso políticamente “aséptico” o políticamente correcto. John Whitmore dedicó una parte significativa a un discurso que puedo resumir en una de sus frases “el sistema capitalista es una catástrofe para la humanidad”.
 
Pero la aportación más original la hizo Bernard Lietaer. Su curriculum es tan curioso en un foro como este como su propia aportación. Fue presidente del sistema de pago electrónico en el Banco Nacional de Bélgica y experto en el diseño e implementación de sistemas de divisas. Su idea central es que el sistema de intercambio basado en el dinero se ha apropiado de todo tipo de intercambios, generándose una ceguera social que nos impide ver que hay intercambios que deberían regirse por un sistema diferente. El propone diferenciar el sistema mercantil, que seguiría utilizando el dinero, del sistema colaborativo, que utilizaría un sistema diferente basado en bonos. Claro que, en su opinión, ese cambio solo se producirá cuando el actual modelo entre en una crisis final de la que no podrá recuperarse. No se si la buena o la mala noticia que nos trajo es que eso se va a producir en un plazo muy breve de tiempo.
 
Hubo más ideas aportadas pero, como decía al principio, quien esté interesado puede revisarlas en Facebook.
 
En el otro lado de la balanza, no me gustó mucho el intento de generar dinámicas participativas con 400 personas. No veo el sentido a pedir a las personas asistentes que compartan la respuesta a una pregunta con quien tenga al lado, para luego continuar la presentación como si nada hubiera pasado. Subido en una tarima, con una sala con butacas tradicionales y cuatrocientas personas creo que hay que asumir el tipo de comunicación que se puede generar.
 
Los ponentes, salvo un caso, han sido buenos comunicadores. Sin embargo, en un foro de coaches certificados esperaba algo más, sobre todo en algunos de los participantes. Hubo ponencias bien presentadas que repitieron un discurso que podría haberse escuchado hace diez años. Algún otro ponente ilustre mostró, para mi gusto, una falta de conexión en su presentación bastante profunda. Me pareció más un conjunto de “cortos” que un largometraje (disponía de 90 mn.) y entre tanto mensaje uno acaba no sabiendo cuál es la idea central que tratan de transmitirte. Finalmente, en algún caso, me pareció demasiado evidente el apartado comercial de la presentación: este es mi libro, esta es mi empresa, en mi programa formativo profundizamos más en todo esto,… Una pena porque los asistentes éramos lo suficientemente adultos e inteligentes como para saber encontrar el libro o el programa formativo de cualquiera de las personas ponentes.
 
Con todo, un par de días estimulantes que llevé con agrado. Además hubo un buen ambiente y oportunidad de encontrar a buenos amigos y amigas del mundo del coaching. Además disfruté compartiendo por Facebook lo que allí acontecía.

domingo, 12 de junio de 2011

Innovación social en los Servicios Sociales

Os adjunto dos videos con la conferencia que impartí en junio de 2009 en Barcelona sobre Innovación Social. Acabo de descubrir que está publicada en Youtube, cosas de la globalización. El centro de mi interés era presentar de manera sencilla y accesible el concepto de innovación, conectarlo con la mirada de los Servicios Sociales y subrayar los retos que implica para una organización no tanto innovar, como convertirse en una organización innovadora. Espero que os guste.


Segunda parte de la ponencia:

miércoles, 1 de junio de 2011

Transformar la gestión de los ayuntamientos

El Correo publicaba, en su edición de ayer 31 de mayo, el artículo titulado "Transformar la gestión de los ayuntamientos" del que soy autor junto con Roberto Otxandio. No parece que lo hayan incluido en la edición digital, así que transcribo su contenido:


Desde la constitución de los ayuntamientos democráticos, éstos han venido centrando su esfuerzo en la transformación de nuestros pueblos y ciudades en lo referente al urbanismo, los servicios sociales, culturales o deportivos. Con constancia, método y organización han logrado, al margen de las confrontaciones políticas, una mejoría evidente.

Ahora bien, pasados 32 años desde aquel inicio, la estructura organizativa de la mayoría de nuestros Ayuntamientos, sus procedimientos administrativos y, en general, sus sistemas de gestión, siguen pendientes de una transformación que simplifique, racionalice y aumente su eficiencia desde una orientación y vocación clara de servicio, para facilitar la comunicación y la relación de la ciudadanía con la Administración.

Por otra parte, esta nueva legislatura que se avecina va a nacer en un entorno de crisis económica que sitúa en un lugar preferente la gestión de unos recursos escasos, la capacidad de seguir prestando servicios de calidad a un coste menor. Hoy más que nunca se necesita hacer más con menos y para lograrlo es necesario afrontar la transformación del sistema de gestión.

Ese esfuerzo se ve frecuentemente limitado por el gran número de ayuntamientos, la mayoría de ellos con menos de 5.000 habitantes. Estos gobiernos locales se sienten sin capacidad ni medios para revisar y modernizar su funcionamiento, mucho menos para desarrollar un sistema de gestión que incorpore los nuevos desarrollos en esta materia. Sin embargo, si en lugar de pensar esa situación como una dispersión ineficiente, la viéramos como una “red de administraciones” al igual que podemos ver redes de oficinas bancarias o cadenas hoteleras quizás podrían abrirse nuevas perspectivas.

Pensemos por un momento en las cadenas hoteleras. Hoy en día, quién tenga la necesidad pernoctar fuera de su hogar, a la hora de seleccionar el hotel acorde a sus necesidades y disponibilidades económicas lo tiene muy fácil: basta con identificar la cadena hotelera que se acomode a sus pretensiones. Independientemente de la ciudad en la que se encuentre el hotel, la cadena a la que pertenece le garantizará un standard de calidad en relación a los servicios de habitación, restaurante, etc…

Las cadenas hoteleras desde hace años han comprendido que deben de estandarizar sus servicios como medio para mejorar en eficacia, eficiencia, en definitiva para mejorar la satisfacción de sus clientes y así conseguir su fidelización.

Sin embargo, en el mundo de de la Administración Local nos encontramos con que no existe un estándar de calidad en sus servicios, ni en materia de horarios de atención a la ciudadanía, ni en relación a los canales a su disposición ni respecto a los requisitos y plazos para cumplimentar los diferentes procedimientos administrativos por citar algunos ejemplos. En unos ayuntamientos, la única vía para obtener un certificado de empadronamiento es personarse en la Casa Consistorial, en un  horario de oficina particular, y solicitarlo personalmente; en otros cabe la posibilidad de  solicitarlo por teléfono y lo recibiremos en el buzón de nuestra casa en menos de 24 h, y en otros incluso podremos obtenerlo vía telemática.

Por otra parte, el establecimiento de estándares homogéneos y de buenas prácticas para su consecución, también ha de facilitar la utilización generalizada de métodos e instrumentos, como las Cartas de Servicios, los Manuales de Procedimientos, los Servicios de Atención a la Ciudadanía, independientemente del tamaño del municipio.

La legislatura que se avecina debiera de ser la oportunidad para impulsar una transformación en la gestión municipal que permitiera garantizar unos mínimos de calidad de todos y cada uno de nuestros ayuntamientos. Para ello, será necesario un fuerte impulso de cambio en el conjunto de entidades locales, impulso en el que la Asociación Vasca de Municipios ha de tener un papel destacado y al que tanto las Diputaciones como el propio Gobierno Vasco han de apoyar.


Y es que como afirma el experto en liderazgo Warren Bennis “Incluso las organizaciones de más éxito pueden caer al abismo en el futuro si continúan actuando en el presente como lo hicieron en el pasado." La ciudadanía mayoritariamente  reconocemos a los ayuntamientos como la administración más cercana, incluso valoramos con una nota superior su gestión en comparación con otras administraciones. Ahora bien una vez demostrada la capacidad de generar la transformación física de nuestros municipios y de los servicios que prestan, es momento de transformar la gestión, de racionalizarla, simplificarla para mejorar la atención y el servicio a la ciudadanía.